miércoles, 8 de mayo de 2013


Una nueva ordenanza retirará a los burdeles


Hace tres semanas, el Burdel 122, ubicado en las calles Bolivia y Pérez Guerrero, se incendió. El cabaré, localizado en una céntrica zona residencial, operaba en un sótano. Si no hubiese sido por la oportuna presencia del Cuerpo de Bomberos del Distrito hubiese ocurrido una tragedia. Eso dice el capitán Carlos Marcillo, oficial de apoyo en la Dirección de Prevención. Según Marcillo, en el centro de diversión había cuatro extintores que sirvieron para atenuar el fuego, iniciado porque el dueño roció la pista de baile con alcohol industrial, formando un círculo, como ritual de purificación, antes de que salgan las chicas. "El propietario del burdel -explica Marcillo- fue 16 días a prisión y pagó una multa de dos salarios mínimos". Al igual que otros 28 burdeles del sector, el 122 no tenía los papeles en orden. Marcillo, cuyo despacho se halla en el edificio de la calle Veintimilla, se apoya en lo que denomina la 'herramienta jurídica' y sustenta el control a los burdeles: "Para que otorguemos los permisos tenemos la Ley de defensa contra incendios, el Reglamento de prevención, mitigación y protección contra incendios y la Ordenanza 308". "Señalan que nosotros generamos y otorgamos permisos de funcionamiento, previa solicitud, a todos los giros comerciales. Para que funcione un giro comercial debe tener su RUC, su patente, cédula del propietario y otros documentos. Si no cumple con estos requisitos no inspeccionamos". La Ordenanza Metropolitana 308 es la base para obtener la Licencia Única de Actividades Económicas (LUAE), que integra a todos los entes que hacen las inspecciones y otorgan permisos (Cuerpo de Bomberos, Centro de Salud de Pichincha, Intendencia de Policía, Turismo). Estos locales (bares, karaokes, burdeles, restaurantes, discotecas, empresas e industrias) deben sacar su LUAE. "En el tema de los burdeles, cuando sacan su LUAE, significa que ya se han acercado al Municipio a presentar sus papeles. Es decir que en primera instancia el Municipio les va a chequear el uso de suelo, porque según el tipo de local les va a permitir o no el uso de suelo, y si es que no cumple con esto a nosotros no nos va a llegar el pedido de inspección". En el burdel, Bomberos aplica una ficha de inspección: sistema eléctrico, extintores, puertas de emergencia (lo más importante); cuidado de materiales en bodegas (diésel, útiles de limpieza, etc.). La inspección se hace una vez al año o en los constantes controles con otras instituciones. A su vez, el arquitecto Patricio Montalvo, director metropolitano de Gestión Territorial, sostiene que desde el 2011 el Municipio trabaja en el nuevo Plan Metropolitano de Ordenamiento Territorial, que definirá con más precisión -dado el vasto crecimiento de Quito- el perfil de las zonas residenciales e industriales, es decir, información actualizada del uso de suelo. Montalvo reconoce que la mayoría de burdeles, del centro-norte, no tiene los papeles en regla. "Una vez que se apruebe por ordenanza el nuevo ordenamiento territorial, los burdeles deberán salir, sin embargo, la actual Constitución es garantista y por ello los dueños de estos sitios se apoyan en esta para defender las inversiones en sus locales". ¿Cómo siguen en pie los burdeles que están enquistados en áreas residenciales? Montalvo responde que los dueños recurren a amparos judiciales, al derecho al trabajo, y otros argumentos para seguir, "pero debe imponerse el bien común, ciudadano, y deberán salir". La Dirección Provincial de Salud de Pichincha también integra el circuito de control a los burdeles. La doctora Laura Dávalos, coordinadora del Programa de VIH/sida, afirma que las trabajadoras sexuales asisten cada mes a un control en uno de los 188 centros de Quito y de la provincia (22 áreas). "Cada chica obtiene una tarjeta de salud, un médico las revisa; nadie, ni la Policía, puede exigirles el carné de trabajo, este ya no existe". Dávalos y los doctores Gina Guerrero y Gonzalo Tigse coinciden en que en cada visita a los médicos, las mujeres reciben charlas y se dictan talleres, "por eso la incidencia del sida, entre ellas, es mínima". Por el acuerdo Ministerial 818, el Centro de Salud de Pichincha lleva a cabo controles: óptimas instalaciones sanitarias (mínimo para 10 personas), lavabos y baños en buen estado, materiales de limpieza y desinfección. Los burdeles en Quito Solo dos zonas de tolerancia hay en Quito: La Cantera, en San Roque y una zona en Carcelén. Pese a que este Diario envío un cuestionario, vía e-mail, al Ministerio del Interior para que autorice conocer el control de la Intendencia, no hubo respuesta. Hay división entre vecinos. Para Eva Chasqui, el burdel 220 aumentó su clientela. Para otro vecino, trae inseguridad.






No hay comentarios.:

Publicar un comentario